lunes, 28 de septiembre de 2009

El Palacio de Jabba


El Palacio de Jabba, construido de metal y piedra, estaba situado en el borde el Mar de Dunas en Tatooine.

Durante las Guerras Clon, el hijo de Jabba, Rotta fue secuestrado. Jabba solicitó a la República Galáctica que rescatase. El Canciller Palpatine envió a Obi-Wan para negociar, mientras Anakin y Ahsoka, buscaban al desaparecido hutt, Dooku quien fue el que instigó el secuestro, se reunió con Jabba y le convenció de que los Jedi eran los responsables del secuestro como intento para destruirle. Skywalker y Tano lograron rescatar al hijo de Jabba, devolverlo sano y salvo y negociar un tratado que permitiese la libre circulación de las fuerzas de la República a través del espacio Hutt.

El palacio se componía de una cúpula y varias torres aledañas y disponía de emplazamientos de artillería. Estaba conectada con una torre de proyección de mapas holográficos por una pasarela de unión. A su alrededor habían otras torres, y torretas menores de vigilancia, atalayas, balizas de aviso de tormentas de arena y sensores a ras de suelo.

Jabba construyó un muelle de atraque para albergar su barcaza Khetanna y numerosos esquifes diseñados por la Corporación Ubrikkian.

Había más entradas; una entrada secreta por jawas, conducía al Palacio de Jabba desde una montaña de chatarra y una pista subterránea llevaba hasta Mos Eisley desde el hangar.

Jabba se aposentaba sobre una gran estrado en su Salón del Trono rodeado por contrabandistas y cazadores de recompensas. Siempre se satisfacía cada capricho suyo.

Los invitados, si molestaban a Jabba, eran lanzados al pozo del rancor. Allí sus invitados podían observar como era engullido por el monstruo.

Por el bloque de carbonita de Solo. A cada lado había dos cabezas de un tauntaun y un jerba.

En los niveles inferiores, estaban las mazmorras para los enemigos de Jabba, cámaras de tortura.

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